Cerrados con un portón, los 430 metros cuadrados del solar del número 8 de la calle Huerta de Bayo permanecen en el olvido sin que el ayuntamiento tenga pensado qué hacer en ellos. Este espacio pertenece a Patrimonio Municipal del Suelo, cuyos activos están adscritos al Área de Gobierno de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad que dirige Borja Carabante, si bien el barbecho en el que se encuentra el terreno viene de lejos, resultando poco menos que invisible para los distintos gobiernos municipales que han sucedido al de Ruiz Gallardón, bajo cuyo mandato se inició su expediente de expropiación el 12 de diciembre de 2006, concluyendo 3 años más tarde.

En un contexto en el que se habla constantemente de falta de dotaciones en el barrio y de la necesidad de crear vivienda social no deja de extrañar la situación de este espacio, que llegó a manos municipales dentro de un plan que, en primera instancia, preveía la expropiación de 14 edificios de Lavapiés-Embajadores por falta reiterada del deber de conservación de los mismos por parte de sus propietarios y con el que se quería -en palabras de la entonces concejala de Urbanismo, Pilar Martínez- frenar el deterioro de los edificios de viviendas de la almendra central, impulsar su rehabilitación, eliminar infraviviendas y potenciar la construcción de vivienda protegida, porque la idea de aquella actuación era entregar a la EMVS los edificios expropiados, realojar a sus ocupantes y dedicar entre el 40% y el 60% de las viviendas adquiridas a parque de viviendas protegidas, según lo anunciado en la época por el ayuntamiento.

La puesta en marcha de aquel plan de expropiaciones impulsó la rehabilitación satisfactoria, por parte de los propietarios, de algunos de los edificios incluidos en aquella lista negra municipal (Amparo 23 y 68; Bastero, 7; Buenavista, 34; Salitre, 54; Tribulete, 23). Otros como el de Santiago el Verde, 13 fueron expropiados y demolidos y tampoco se libró de la piqueta la corrala de Huerta del Bayo 8, pese a que sus vecinos iniciaron un intento de rehabilitación en 2007. Para más inri, sufriría un incendio en agosto de ese mismo año y acabó siendo desalojada por «inminente riesgo de ruina» en marzo de 2010, demolida por ejecución subsidiaria -entre el 3 de mayo de 2010 y el 28 de octubre de 2010, con cargo a sus vecinos-propietarios y un coste de 616.934,05 euros- y, finalmente, expropiada ese mismo año en mitad de un controvertido proceso que, años más tarde, dio pie, incluso, a una obra de teatro -Bansia- por parte de uno de los afectados, Carlos Pontini.

Desde el año 1990 el Ayuntamiento había estado requiriendo a la comunidad de propietarios de Huerta del Bayo 8 que acometiera obras de reparación del inmueble. La Junta de Gobierno del Ayuntamiento Madrid, en sesión celebrada el día 28 de octubre de 2010, aprobó la relación de titulares y descripción de bienes y derechos afectados por la expropiación.