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Vecinos de Lavapiés estallan contra Tapapiés 2025: “Ruido, basura y desmadre nocturno”Lluvia de quejas por el impacto del festival gastronómico y musical en el barrio: ruido hasta la madrugada, botellones improvisados y calles intransitables

    Imagen del sábado por la noche en la plaza de Lavapiés | Foto: xLavapies.com

    Lo que nació hace 15 años como una celebración gastronómica multicultural se ha convertido en el foco de un creciente malestar vecinal que va a más edición tras edición. Tapapiés 2025, que se celebra entre el 16 y el 26 de octubre en Lavapiés, acumula críticas en redes sociales por el ruido, la suciedad y la saturación que genera en unas calles que se vieron desbordadas el pasado fin de semana.

    Residentes, colectivos y la asociación vecinal La Corrala denuncian que el evento ha derivado en un “macrobotellón encubierto”, con consumo de alcohol en la vía pública, peleas, ríos de orines y basura acumulada en cualquier lugar del barrio, si bien son la plaza de Lavapiés y las calles de alrededor, con Argumosa como estandarte, los que se llevan la palma.

    Cartel crítico contra Tapapiés que circula en redes sociales

    Desmadre en Tapapiés!!! Bebiendo en la calle toda la noche, más de 5.000 personas, ruido, basura, robos, peleas, orines... Los vecinos hartos ya de 15 años de lo mismo”, denuncia @radiolavapies en uno de los múltiples posts de Instagram en los que se critican los excesos asociados al evento que organiza la asociación de comerciantes de Lavapiés, En Lavapiés.

    Otros testimonios apuntan a problemas de movilidad provocados por la acumulación de personas en torno a esta cita. En la red social X, @mariomnts advertía sobre lo sucedido el pasado sábado: “calle Atocha cortada por manifestación, Tapapies en Lavapiés. Las calles llenas de gente y coches pitando sin poder pasar.”

    La crítica se extiende también a la falta de medidas municipales para gestionar el impacto de un festival que, según los organizadores, cuenta este año con 68 bares y 24 establecimientos de los mercados de San Fernando y Antón Martín participando en una cita que tiene, además, una veintena de conciertos gratuitos.

    La avalancha de visitantes que sacudió la zona, principalmente el pasado sábado, remitía a las típicas imágenes de estas calles durante las fiestas de San Lorenzo, cuando el área se declara recinto ferial, se instalan urinarios móviles y se contemplan, al menos, medidas acordes a la cantidad de personas que se prevén pasen por Lavapiés en fechas tan señaladas.

    Cacerolada simbólica y hartazgo acumulado

    Un par de convocatorias informales, difundidas también por redes, invitaban este lunes a realizar una cacerolada vecinal desde balcones y ventanas: 'Así NO Tapapiés', en protesta por “la falta de control y el abandono del vecindario ante el ruido y la masificación”.

    En cualquier caso, las protestas contra Tapapiés reflejan un hartazgo creciente en un barrio ya tensionado por la gentrificación, el turismo masivo y los conflictos entre ocio y descanso.

    Entre la promoción y la polémica

    El contraste entre la imagen turística del evento que se ofrece desde la organización -con imágenes amables y diurnas- y la realidad que denuncian los residentes es manifiesta y alimenta el debate sobre el modelo de convivencia en Lavapiés.

    Son numerosos los vecinos que reclaman limitar horarios, controlar el consumo de alcohol en la calle y repensar la fórmula del festival para que no se convierta en “una feria ajena al barrio que dice celebrar”.

    Las molestias que acarrea la cita a los vecinos no son nuevas, se han denunciado en anteriores ediciones y aún así no se han logrado atajar o, al menos, reducir desde los responsables del evento.

    Organización y Ayuntamiento, en el punto de mira

    Por el momento y pese a la lluvia de críticas, ni el Ayuntamiento de Madrid ni la asociación de comerciantes del barrio En Lavapiés, organizadora del festival, han hecho comentarios públicos sobre las quejas vecinales a Tapapiés vertidas en redes sociales.

    Sin embargo, el tema ha escalado lo suficiente como para que este martes la junta directiva de En Lavapiés haya convocado una reunión de urgencia para abordar el asunto, teniendo en cuenta que quedan seis días por delante de festival y, sobre todo, un nuevo fin de semana.

    Por su parte, a instancias de este periódico, desde el distrito Centro se han limitado a decir que "las actividades musicales autorizadas por la Junta Municipal -con motivo de Tapapiés- se han desarrollado con total normalidad y cumpliendo las medidas de seguridad, así como los horarios", sin querer entrar a valorar los efectos colaterales de una cita que fue presentada el pasado jueves por el concejal Carlos Segura y de la que el Ayuntamiento de Madrid es entidad colaboradora.