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Un vídeo delata cómo la policía borra imágenes de forma ilegal del móvil de una persona retenida en Lavapiés

    Captura del vídeo en el que se ve a un policía borrando imágenes del móvil de una persona retenida en Lavapiés

    ¿Puede la policía arrebatar el teléfono móvil a un ciudadano, ver lo que hay registrado en él y borrar las imágenes que le parezcan oportunas? La respuesta es un rotundo no. Sin embargo, eso fue lo que sucedió en la noche del miércoles en una calle de Lavapiés, según se observa en el vídeo realizado por un vecino y difundido por el Secretario de Antirracismo de Podemos, Serigne Mbaye, a través de sus redes sociales. En ese documento agentes de la Policía Nacional retienen en el suelo a una persona mientras eliminan imágenes de su teléfono sin su consentimiento, en una actuación claramente contraria a la legalidad.

    La acción de estos policías podría vulnerar el derecho a la intimidad y a la protección de datos personales de la persona retenida y ser motivo de denuncia ante las autoridades competentes: la sección de delitos informáticos de la misma policía o bien la Agencia Española de Protección de Datos.

    Estos hechos se produjeron en el contexto de la amplia actuación policial, con despliegue de alrededor de 50 agentes, que tuvo lugar en Nelson Mandela a raíz de una identificación rutinaria de unos jóvenes y, seguidamente, de la mediación en una pelea que se estaba produciendo en la misma plaza. Como resultado de ella, cuatro personas fueron detenidas, dos de las cuales, un senegalés y un español, acabaron en comisaría por grabar el trabajo de los agentes.

    Sobre este aspecto, cabe aclarar que es que no esté permitido grabar a la policía mientras opera en la vía pública, pero la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana, conocida popularmente como Ley Mordaza, indica que se deben respetar ciertos límites. Así, se prohíbe difundir imágenes cuando a través de las mismas se pueda identificar claramente a los funcionarios, poniendo con ello en peligro su integridad o la de sus familias, o se pueda comprometer el éxito de la operación que se esté llevando a cabo. Hacerlo puede tener consecuencias legales.

    En este sentido, si la policía observa a alguien grabándola lo que puede hacer es identificar a esa persona para prevenir un posible mal uso de las imágenes que toma, pero nada más.

    Por otra parte, negarse a esa identificación es incurrir en una infracción grave. Si en el momento de los hechos quien graba no lleva su documentación encima, o no accede a mostrarla a los agentes, puede ser conducida a comisaría para proceder allí a la identificación. 

    Esta situación es la que se produjo ayer en los sucesos de Nelson Mandela al menos con dos personas y en uno de los dos casos la cosa se torció, acabando el detenido en el suelo sin conocimiento cuando agentes de la policía municipal decidieron inmovilizarlo y esposarlo pese a que, aparentemente, no ofrecía resistencia y accedía a acompañarlos a comisaría, versión que se sostiene gracias a los vídeos registrados por distintos testigos presenciales, que acusan a la policía de usar una fuerza desproporcionada con el detenido cuando la situación no lo requería. Grabar a la policía no es sólo algo legal sino que merced a la presunción de veracidad que la ley condede a la palabra de los agentes hacerlo puede ser clave para contrarrestar la versión de la policía en caso de conflicto. En Lavapiés, las denuncias, más verbales que formales, en contra de la policía por presuntos episodios de violencia y abuso es algo recurrente estando, en la mayoría de las ocasiones, relacionadas además con discriminación racial y racismo institucional, según los denunciantes.

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    Preocupación por un detenido por grabar una actuación policial al que los agentes dejaron inconsciente mientras lo esposaban

    Momento en el que dos agentes levantan al detenido que había perdido la consciencia en Nelson Mandela | Foto: XLAVAPIÉS.COM Aunque las sirenas de policía son habituales en las calles de Lavapiés, en torno a las 21 horas de este miércoles la coincidencia de dos sucesos distintos en las plazas de Tirso de Molina y de Nelson Mandela hizo que sonaran con más furia que de costumbre y que el barrio quedara inundado de coches, furgones y agentes de policía en cuestión de minutos. En Tirso, una pelea en la zona del área infantil acabó con dos personas detenidas y otra trasladada al hospital con una fuerte herida abierta en la cabeza. Por otra parte, en Nelson Mandela, lo que comenzó con un simple registro policial a unos jóvenes junto a la fuente de Cabestreros -a los que no se les encontró nada extraño encima- y siguió con una mediación en una riña se complicó hasta el punto de derivar en una actuación en la que participaron alrededor de medio centenar de agentes y que terminó con cuatro detenidos, según testigos presenciales. Entre estos detenidos, inquieta el estado de salud de un senegalés que quedó tendido inconsciente en la calzada cuando agentes de la policía municipal lo obligaron a que se echara al suelo para, seguidamente, esposarlo e inmovilizarlo mediante una técnica que le hizo perder la consciencia. El joven había sido arrestado por haber estado grabando con su móvil la actuación policial que se desarrollaba en la plaza y se lo llevaban a comisaría para identificarlo, sin que opusiera resistencia, cuando incomprensiblemente acabó con sus huesos en tierra y sin conocimiento. Toda la escena ha quedado registrada en diferentes vídeos que este periódico ha podido ver con detalle. Un par de agentes acababan de haber estado hablando tranquilamente varios minutos con el hombre antes de emplear la violencia contra él. Al ver que el arrestado no se movía los policías que se encontraban sobre esta persona se levantaron dejando el cuerpo en el suelo. Durante un rato largo su rostro permaneció besando los adoquines de la calzada. Mientras, los ánimos se caldeaban en la plaza y los testigos de los hechos pedían asistencia médica para el detenido e increpaban a los agentes que, finalmente y sin esperar a una ambulancia, lo introdujeron en volandas en un coche patrulla. Antes de esta detención fueron arrestadas otras tres personas en Nelson Mandela: dos guineanos y un español. Testigos captaron con sus móviles dos de esas detenciones. En las imágenes se puede ver que los agentes actuaron con contundencia. Al menos uno de esos arrestos también fue por estar grabando la actuación policial. Esta mañana Policía Nacional ha aclarado que "todos los detenidos llegaron bien a comisaría", despejando así las dudas que sobre el estado de salud del senegalés detenido se habían generado. Sobre lo sucedido, fuentes policiales aseguran que cuatro policías municipales y uno nacional resultaron heridos y que todo se desencadenó cuando unos agentes que estaban realizando "labores propias de su trabajo" fueron increpados y agredidos. Anoche, de Nelson Mandela a la policía se la despidió entre pitos, denuncias de abuso y gritos de "¡Asesinos, asesinos!".

    5 June 2025
    xlavapies