El Ayuntamiento de Madrid ha adjudicado por 40.341,46 euros la ejecución de una nueva área infantil en Lavapiés, anunciada el pasado diciembre desde el distrito Centro. Las obras están a punto de dar comienzo y tendrán una duración estimada de 90 días.

El ensanche de la confluencia de las calles Ministriles con Calvario es conocido extraoficialmente como plaza de Xosé Tarrío y es ahí justamente donde se está creando este espacio dotacional gracias a los Planes Integrales de Barrio (PIBA), intervenciones en zonas desfavorecidas de la capital que desde el año 2009 se ejecutan mediante inversiones extraordinarias que se acuerdan a través de un proceso de negociación y concertación entre Consistorio y asociaciones vecinales de las zonas donde se actúa.

Fuentes técnicas municipales indican que el nuevo parque se diseñará con criterios de accesibilidad universal y que el mobiliario será de madera certificada y acero inoxidable, con un mantenimiento “de bajo coste y alta durabilidad”. Se colocará suelo amortiguante en toda la superficie de juego, que rondará los 60 metros cuadrados, y se incluirán columpios, toboganes y juegos de equilibrio pensados para edades entre 3 y 10 años.

Además de lo ya expuesto, el parque contará con vallas perimetrales de seguridad, nuevo alumbrado y algo de arbolado de sombra. Los trabajos también contemplan la mejora del drenaje superficial y de las canalizaciones existentes en el lugar.

Las obras han sido adjudicadas a la UTE Gestión y Ejecución de Obra Civil S.A.U. y Obras y Servicios TAGA S.A.

El presupuesto base de licitación, fijado en 33.340 euros sin IVA, se ha cerrado finalmente en 40.341,46 euros con impuestos. La duración estimada de tres meses sitúa el final de las obras antes de febrero de 2026.

El espacio elegido para situar el parque surgió del derribo de un edificio y no es una plaza oficial, aunque desde hace más de 15 años se lo conoce como plaza de Xosé Tarrío: en 2009, colectivos libertarios y familiares del preso gallego Xosé Tarrío González colocaron una placa con su nombre en este lugar como homenaje a su memoria y a la lucha contra el sistema penitenciario.

El lugar ha acogido durante años cine de verano, charlas, actos vecinales y juegos infantiles improvisados. Sin embargo, en los últimos tiempos estuvo ocupado en parte ilegalmente por una terraza de hostelería y ha sido utilizado como aparcamiento de motos.

Colectivos vecinales y sociales habían reclamado al Ayuntamiento que protegiera este lugar como plaza vecinal, con zonas verdes y de juego. La creación del parque infantil responde en parte a esa demanda y su ejecución supone reconocer de hecho la existencia del espacio como área pública diferenciada y su consolidación administrativa como tal.

La idea municipal de crear este parque ha sido consensuada con la asociación de vecinos La Corrala, desde donde se destaca el hecho de que se sitúa donde en verano no da el sol en verano, lo cual favorecerá su uso en los meses de más calor, al contrario de lo que sucede en la cercana plaza de Ministriles.