Una nueva asociación vecinal acaba de ver la luz. La Chispera nace con el propósito de defender los intereses de los vecinos de una estrecha y alargada franja del barrio de Embajadores que, según sus impulsores, no está lo suficientemente bien representada al encontrarse en una especie de tierra de nadie, en la hipotética frontera entre las áreas de influencia de dos históricas asociaciones de vecinos como La Corrala de Lavapiés y Cavas-La Latina; un territorio que, de norte a sur, pintaríamos entre el Mercado de la Cebada y la Puerta de Toledo y alrededor de Ribera de Curtidores.

La idea de crear esta asociación surgió en el verano de 2024, aunque fue a partir de enero de 2025 cuando el proyecto tomó forma y fuerza. Desde entonces, un grupo fundacional de ocho vecinos ha trabajado para levantar este nuevo espacio de participación ciudadana que se presentará oficialmente el próximo día 18 de octubre, a las 12 de la mañana, en el Parque de La Cornisa.

De entrada, La Chispera se define como una asociación “propositiva y protestataria”, dispuesta tanto a impulsar mejoras en su zona de actuación como a defenderla ante los problemas que vayan surgiendo. Su llegada, aseguran sus miembros, complementará la labor que están haciendo otras asociaciones vecinales del entorno, con las que están seguros de que podrán colaborar en distintos asuntos comunes.

También se presenta como una asociación vecinal de las de toda la vida, pero con una energía renovada y "nuevas dinámicas" capaces, quizá, de conectar con perfiles más jóvenes y con otros que aún no se han movilizado.

El grupo fundacional de la asociación lo componen personas jóvenes con experiencia en el activismo, bregadas en diferentes batallas sociales y políticas y buenas conocedoras de la zona.

Antes de arrancar, durante el pasado verano, realizaron una encuesta entre más de 200 residentes para conocer de primera mano las principales inquietudes y necesidades del vecindario. Del sondeo surgió ya una primera hoja de ruta sobre la que empezar a trabajar: gentrificación, dificultades de acceso a la vivienda, falta de limpieza y de zonas verdes, accesibilidad de las aceras, pérdida de identidad del barrio...

Entre los múltiples retos que se plantean los impulsores de La Chispera está el de movilizar a la mayor cantidad posible de vecinos, poniendo especial interés en invitar a pasar a la acción al gran número de residentes temporales que han detectado que viven en la zona. El hecho de ser "vecinos temporales" o "personas de paso" en un lugar "dificulta su implicación comunitaria", aseguran, "pero queremos hacer ver a ese sector poblacional que, aunque su estancia vaya a ser provisional, el lugar en el que viven también es su barrio y merece la pena luchar por mejorarlo"

En general, el mensaje de partida que quieren hacer llegar a todos los residentes en la zona es claro: “La lucha vecinal sí sirve”.

Para esa movilización a la que invita, La Chispera apuesta por un modelo de organización horizontal y participativo, donde "las decisiones se toman de forma colectiva y la implicación es el eje central del proyecto".

Como hemos apuntado anteriormente, la asociación celebrará su primera asamblea el sábado 18 de octubre a las 12:00 horas, en el Parque de la Cornisa; una cita que servirá como acto de presentación y bienvenida y donde se explicarán los objetivos de la asociación, se invitará a los vecinos a sumarse como socios y se conformarán los primeros grupos de trabajo.

Previo a esa cita, La Chispera va a poner en marcha de forma inmediata una campaña de difusión física y digital para dar a conocer su existencia, cuáles son sus principios y valores, así como las vías de participación que tienen pensadas.

Por último, destacar que La Chispera aspira también a estrechar lazos y a colaborar con los colectivos sociales del entorno que están activos con la intención de sumar fuerzas y conseguir mejoras compartidas.

Para cualquiera que desee ponerse en contacto con la asociación, ésta cuenta ya con presencia en distintas redes sociales (@avlachispera).