El flamenco llegó al Rastro y a Lavapiés en la maleta de la migración, anidó en la zona, prosperó y se hizo de aquí.

La relación entre el barrio de Embajadores y este arte Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad es de dominio público hasta cierto punto porque aún se ha contado poco. Hace falta hablar más de ella, escribir más, investigar más, divulgarla más y mejor.

Madrid, además, debe a esa historia un reconocimiento oficial y una estatua en la plaza General Vara de Rey, cuya colocación fue aprobada por el Ayuntamiento en marzo de 2022 para después caer en el olvido.

Un poco en plan justiciero, el periodista y escritor Jacobo Rivero ha organizado para el próximo domingo día 15, desde las 17 horas y en el Teatro del Barrio, una Jornada por la Memoria Flamenca de Lavapiés, la cual consta de dos partes bien diferenciadas, aunque complementarias: una charla-coloquio en la que participarán viejos flamencos de la zona (de asistencia gratuita previa reserva de entrada) y un cierre musical con la actuación (18 horas), ya pasando por taquilla, de la guitarrista y compositora Antonia Jiménez, natural del Puerto de Santa María, afincada en Madrid desde 1993 y figura de reconocido prestigio como intérprete siendo, además, pionera tocaora en una disciplina eminentemente masculina por tradición.

Durante la charla prevista irán apareciendo nombres de personajes y características del flamenco de Lavapiés y el Rastro y la misma servirá, a la vez, para anunciar y anticipar algo del contenido de ‘Candela. Memoria social de un Madrid flamenco‘, el libro que ha escrito el mismo Rivero y que saldrá a la venta en enero.

Editado por la madrileña Altamarea y con prólogo del flamencólogo Pedro Lopeh, la publicación, en declaraciones del autor a xLavapiés.com, está formada por ocho historias sobre la importancia del flamenco en Madrid, el desaparecido y mítico Candela de la calle Olmo y lo que se dio en llamar la movida madrileña del flamenco, surgida en torno a la discográfica Nuevos Medios.

La obra, en la que ha estado trabajando Rivero desde diciembre de 2022, investigando sobre el flamenco en el Rastro con veteranos de este arte de la zona, viene a descubrir, según él mismo, cosas muy poco conocidas, como la conexión de los flamencos del Rastro con el llamado sonido caño roto de Carabanchel, o lo que tuvo que ver el arte flamenco con el movimiento vecinal, los movimientos okupas y, en definitiva, con el Madrid que reivindicaba la calle.

Según Rivero, tampoco se ha contado bien hasta ahora lo que significó un templo como el Candela para el flamenco, obviando el glamour de quienes lo frecuentaron. En su libro, el autor reivindica también la faceta de este local como sustento cotidiano y social del mismo flamenco.